¿Aprender a aprender? Descubre porqué es la habilidad interpersonal más valorada y adquiere 6 consejos para despertarla

Durante el siglo XX la actividad educativa estaba dirigida a formar personas en unos estándares que les capacitarían para que realizaran unos trabajos estables. Estos procesos eran rígidos y los procesos de aprendizaje se centraban en memorizar datos para luego éstos aplicar a la práctica.  Ahora que estamos en el siglo XXI, ¿qué es lo que ha cambiado?

Hoy en día, en pleno siglo XXI, la imparable evolución de la tecnología hace que todos los esquemas del mercado laboral se tambaleen. Hay muchos puestos de trabajo que han desaparecido o están desapareciendo debido al avance tecnológico y se están creando otros nuevos que requieren de distintas habilidades o capacidades. En definitiva, el trabajo de los jóvenes de hoy en día se parecerá muy poco a todos los que desarrollen a lo largo de su vida productiva.

Estos cambios implican que hay que actuar en los cimientos de la educación. No es cuestión de educar en base a las necesidades reales de las empresas, porque estas también cambiarán y lo que hoy se demanda, en cuatro o cinco años (cuando los alumnos salgan preparados para cubrir esas necesidades) en esas mismas empresas ya estarán pidiendo otra cosa. No es el qué, es el cómo. El alumno debe adquirir no sólo contenidos, sino competencias que le permitan seguir creciendo y ser protagonista de su propio aprendizaje. La autonomía en la adquisición de conocimientos y el desarrollo de una personalidad orientada al aprendizaje continuo debe ser un objetivo, pues así las personas del futuro estarán preparadas para abordar los continuos cambios que sucedan en el mercado laboral.

Mientras que la educación implanta este concepto de aprender a aprender en la educación, los adultos pueden actuar por si mismos para comenzar con su propio cambio. Siempre hay que tratar de adaptarse a los nuevos cambios. Hay algunos puntos muy importantes que hay que tener en cuenta y pueden a ayudar a la hora de aprender a aprender.

  1. Motívate. Sin motivación no hay aprendizaje. Lo que hayas decidido aprender o estás aprendiendo ahora pueden determinar el éxito de la tarea. Si estudias algo que no te gusta, no estarás nada motivado y el aprendizaje puede resultar un suplicio; y no llegar a concluirse la tarea que realizas.
  2. Colabora y contribuye. Cualquier intercambio con otras personas te ayudará a detectar errores propios y ajenos; y así poder aprender de ellos. Además desarrollarás habilidades sociales que pueden ser determinantes a la hora de una selección.
  3. Evalúa. Hay que observar cada paso dado, ser capaz de detectar los pasos erróneos y los exitosos. Es esencial orientar los pasos erróneos hacia un curso correcto para poder seguir avanzando.
  4. Usa técnicas de aprendizaje. Estas técnicas sirven para facilitar y acelerar el procesamiento de la información. La mnemotecnia marcará un punto de inflexión en tu capacidad y facilidad de aprendizaje.
  5. Antes de comenzar con una tarea tienes que que analizar como la realizarás. Determinar qué objetivos quieres y cómo vas a alcanzarlos. De esta manera tienes un enfoque concreto y no te sentirás perdido en el trabajo.
  6. Haz uso de lo aprendido. Pon en práctica en tu día a día todo lo que hayas aprendido fuera del contexto educativo.

Esta habilidad siempre va a garantizar éxitos ya que no habrá estancamientos. No te conformarás con saber lo que ya sabes, querrás más conocimiento ya que aprender te motiva y te gusta. Es obvio que cualquier empresa querría trabajadores a los que les gusta aprender ya que su productividad y capacidad aumenta muchísimo.

Lascia un commento